Hermanos

Pa´l que se va

No te olvides del pago
si te vas pa’ la ciudad
cuanti más lejos te vayas
más te tenés que acordar.
Cierto que hay muchas cosas
que se pueden olvidar
pero algunas son olvidos
y otras son cosas nomás.
No eches en la maleta
lo que no vayas a usar
son más largos los caminos
pa’l que va carga’o de más.
Ahura que sos mocito
y ya pitás como el que más
no cambiés nunca de trillo
aunque no tengas pa’ fumar.
Y si sentís tristeza
cuando mires para atrás
no te olvides que el camino
es pa’l que viene y pa’l que va.
No te olvides del pago
si te vas pa’ la ciudad
cuanti más lejos te vayas
más te tenés que acordar.
Cuanti más lejos te vayas
más te tenés que acordar.


Viendo la foto se me materializaron muchas palabras, muchas ideas, muchas vivencias. No sé si pasa siempre, pero a veces, en ciertas circunstancias, con ciertas personas, en determinados lugares, la foto trasmite más que una imagen, trasmite esa magia vincular, del encuentro, del abrazo, del abrigo en el otro. 
Hoy me levanté pensando en lo kilómetros por venir, en los momentos a vivir, y me acordé de ellos. De mis hermanos, de ese abrazo desinteresado que siempre me dieron y me dan. De la palmada en la espalda, acompañando en los buenos y no tan buenos momentos. De la felicidad que me genera saber que los tengo, que son mis compañeros de aventuras desde que nacíeron, que me enseñan a cada paso vivencias nuevas, y me dan la cachetada cuando es necesario. Porque, calculo que no es necesario aclarar en este punto que por más que uno tenga una familia, no quiere decir que el vínculo efectivamente sea positivo. Como todo vínculo se cultiva, poco a poco, día a día. Tarde me di cuenta que hay otros vínculos fuertes que también tienen esa característica, pero no es el punto en este post. El punto es reconocer que el abrazo fraterno es tan fuerte, tan reconfortante, tan desinteresado que a uno le da una energía superadora de obstáculos.
Bien recuerdo, que de pibes con mi hermana chiquitita, fuimos con mis viejos a San Luis, y mi viejo nos organizó por escalafones, y cada uno tenía una función. Quizás parezca sólo un juego, o eso pensé en ese momento, pero luego caí en cuenta de que lo que estábamos tratando de hacer era acomodar roles. Dar herramientas para que cuando hubiese un vendaval pudieramos abroquelarnos, y salir adelante. 
Ahora se acercan tiempos de proyectos, de nuevos caminos, de nuevos días por venir, y esta foto, ese abrazo es imprescindible en mi valija.

Comentarios

Entradas populares